Ya no hay dudas. Los fondos internacionales de capital riesgo enfocan al ladrillo español. Desde hace algunos meses el atractivo de los activos inmobiliarios patrios ha ido en aumento, y los inversores extranjeros están peinando el sector en busca de oportunidades.

 

Blackstone es una de las grandes gestoras que está analizando nuevas adquisiciones en España. Y ya tiene recursos preparados para atar las ocasiones que detecte.

La firma anunciaba el pasado viernes que ha levantado un fondo de 5.100 millones de euros (7.000 millones de dólares) para hacer compras de real estate en Europa, el mayor fondo que ha tenido nunca para el sector inmobiliario del Viejo Continente y que además ha completado en un plazo récord de seis meses.

Aunque no ha comunicado qué países están en el objetivo y sólo añade que «no tiene restricciones geográficas», fuentes del mercado aseguran que Blackstone utilizará una parte de esa elevada cuantía para la compra de activos en España. Habrá inversiones en España, subrayan.

Blackstone seguiría así la corriente vigente que coloca a España dentro de los tres mercados inmobiliarios europeos –con Reino Unido y Alemania– que más están acaparando la atención de los inversores. Respecto a estos países, la pujanza del sector español está relacionada con un óptimo equilibrio entre oferta y demanda y, en consecuencia, con unos precios muy atractivos.

El último informe European Real Estate Investor Intention 2014, realizado por la consultora Cbre a partir de las respuestas de 400 inversores europeos –entre fondos de inversión, bancos y firmas de capital riesgo–, recoge un cambio de percepción hacia el inmobiliario español respecto a años anteriores. Si en 2013 menos de un 5% de los inversores estaban dispuestos a hacer adquisiciones, en 2014 un 19% está considerando esta posibilidad.

Madrid y Barcelona aparecen, asimismo, dentro del top ten de ciudades preferidas por los inversores inmobiliarios consultados por Cbre. La capital ocupa el segundo puesto del ranking –por detrás de la cotizada Londres– y Barcelona está dentro de este grupo por primera vez. El ladrillo español parece, por lo tanto, estar de regreso.

Adolfo Ramírez-Escudero, presidente de Cbre España, dice que el cambio de tendencia ya resultó evidente en 2013 «con más de 4.000 millones de euros invertidos en el inmobiliario y volviendo a niveles de 2004 o 2005». Para 2014, anticipa que «continuará esta senda, con una mayor presencia de inversores internacionales».

Por otra parte, la empresa de servicios de asesoramiento Irea cuantifica en más de 5.000 millones de euros el desembolso que los fondos y entidades financieras hicieron en el real estate español durante el año pasado, lo que representaría multiplicar por 12 el dato del ejercicio anterior.

Sobre terreno conocido

El mercado inmobiliario español no es un ámbito desconocido para Blackstone. De hecho, una de las operaciones de compraventa de activos que más ha dado que hablar en el último año tiene a la firma como principal protagonista. La Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS) vendió a Blackstone –en asociación con la gestora española Magic Real Estate– 1.860 viviendas de alquiler social en junio del año pasado. El importe de la operación ascendió a 128,5 millones de euros.

La firma estadounidense no ha especificado qué activos son los que tienen más papeletas de cara a las nuevas adquisiciones que realice con el fondo recién levantado. Eso sí, los expertos del sector explican que el enorme recorrido que existe en España para el alquiler es uno de los acicates para los fondos internacionales ávidos de oportunidades.

Fuente: Expansión.com