Los 3.500 habitantes del pueblo noruego de Rjukan quizá fueran muy felices por vivir en un entorno natural lleno de árboles, pero durante largos meses su pueblo era como una habitación oscura ¿imaginas?: no llegaba la luz del sol debido a que está en medio de unas montañas que tapaban cualquier acceso a la luz solar.

Consternados por esta falta de visibilidad y luz solar, decidieron instalar en el pico de las montañas una serie de espejos gigantescos que reflejan, en los días más cerrados de invierno, la luz del astro rey.

Y así fue, dicho y hecho. A principios de noviembre de 2013 llegaron los primeros rayos de sol reflejado a la plaza central del pueblo donde lo celebraron como una grandiosa victoria. Los tres espejos están conectados a un sistema informático y de paneles solares que van siguiendo el curso del sol para aprovechar hasta la última gota de luz en cada uno de los días.

“¡Es el sol!”, chillaron los habitantes de Rjukan cuando empezaron a notar la calidez del sol en sus caras, en la mitad de la plaza del pueblo. Lo más llamativo de todo es que Rjukan no es el único pueblo del mundo con este especial sistema de iluminación.

Múltiples años ya antes, en el año 2006, el pueblo italiano de Viganella dio la bienvenida al sol al poner en funcionamiento un sistema controlado por computador, para obtener más luz solar durante los cerrados inviernos.

Debido a que están encajonados en el val de Antrona, los 197 habitantes carecían de luz solar desde noviembre hasta febrero. Pero tras instalar una plancha de acero pulido de 8 por 6 metros en el pico del monte Scagiola de mil cien metros de altitud, el alcalde Pierfranco Midali logró un milagro bíblico: que la luz llegase en esos meses tan oscuros.

Con esta fácil instalación (que a propósito fue transportada por helicóptero), los habitantes no sólo reciben luz solar sino que sus procesos biológicos mejoran.

El Sol es esencial para procesar la vitamina liposoluble de tipo D, que es esencial para la capacitación de los huesos. Con la vitamina D asistimos al cuerpo a agregar calcio y fosfato de nuestros comestibles. La carencia de esa vitamina, desgasta los huesos.