Bonig se compromete a fijar un calendario de pagos para las ayudas a vivienda.
La consellera de Vivienda,Isabel Bonig, se comprometió el martes pasado a establecer un plan de pago a las 50.000 familias de la Comunidad que reciben ayudas para el pago de sus viviendas. Isabel Bonig expresó su voluntad de fijar este calendario de pagos en la reunión mantenida este martes con la Plataforma de Afectados por las Ayudas a la Vivienda de la Comunidad Valenciana.
La Plataforma valora la «actitud positiva y abierta» de la consellera durante el encuentro, en el que se pudo arrancar «un compromiso firme de la consellera que logre aliviar la desesperada situación en la que se encuentran miles de familias valencianas como consecuencia del impago de las ayudas a la vivienda por parte de la Conselleria».
Entre las exigencias de la plataforma, planteadas a Bonig este martes, destacan el reconocimiento de la deuda a las familias, su inclusión en el Fondo de Liquidez Autonómica del presente ejercicio 2013, el pago en «un plazo razonablemente breve», lo que supone establecer un calendario de pagos siguiendo escrupulosamente el orden de prelación que establece la ley, y la garantía de que la consellera se comprometa a evitar los eventuales desahucios de familias acreedoras de la Generalitat Valenciana.
En este sentido, la consellera se ha comprometido a articular con urgencia un plan de acción para empezar a pagar las ayudas respetando el orden de antigüedad y a buscar soluciones excepcionales para las familias que atraviesan situaciones más dramáticas.
La titular de Vivienda y los representantes de la plataforma volverán a reunirse a primeros de marzo, momento en que se presentarán las líneas de actuación del plan anunciado por Isabel Bonig.
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Hacía tiempo que la bancada del PP en Les Corts no gozaba tanto con la intervención de un conseller. Los diputados populares acabaron con las palmas rojas de tanto aplaudir. Isabel Bonig, titular de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, fue un tornado devastador para la oposición y una intensa brisa fresca que sacó del letargo, aunque sólo fuera por dos horas y media, a los parlamentarios del PP.
Bonig comparecía, tras la remodelación del Consell del 7 de diciembre, para dar cuenta de su gestión. Anunció que la próxima semana pagará 4,8 millones de euros de los anticipos de
ayudas a la compra de vivienda concedidos por las entidades financieras, aunque reconoció que adeuda otros 250. Para dar respuesta a esa deuda presentará un plan de pagos «en el que se dará prioridad a los más necesitados». Deslizó que las ayudas a la compra de pisos se sustituirán por incentivos fiscales a la rehabilitación y por la promoción del alquiler.
La consellera defendió el tercer carril del corredor mediterráneo, una iniciativa del Consell que ya desarrolla el Ministerio de Fomento «y estará para 2015 en Castellón y Valencia y en 2016 en Alicante». Reconoció que no tiene dinero para acabar la línea 2 del metro en Valencia, que en marzo anunciará en Ribarroja los plazos para terminar la ampliación de la línea 5 del metro, que el
Tram en Castellón «es una realidad» y que Ferrocarrils gestionará directamente la nueva línea del
Tram de Alicante si no hay ninguna oferta interesante.
Anunció una revisión de las prioridades del Plan de Infraestructuras Estratégicas y que las consensuará con los agentes sociales, el mayor aprovechamiento de la masa forestal valenciana y la aprobación de un plan de residuos para que no haya basuras en los vertederos, lo que se traduce en incineradoras.
Su primera intervención, trufada de aplausos, culminó con una reivindicación sin complejos. «No es momento de políticos de perfil bajo o de los que se ponen de espaldas. Es el momento de políticos honrados y trabajadores. El político que cuenta es el que tiene el rostro manchado de sangre, sudor y lágrimas. Yo estoy orgullosa de pertenecer al Consell, de ser española, valenciana, del PP y de derechas», aseguró, mientras los diputados populares la ovacionaban a rabiar.
Este fue el principio de su exhibición, a pesar de que, con motivo de San Valentín, había propuesto un «debate constructivo y amoroso», aunque sabía que acabaría siendo «apasionado».
Torró, de EU, le recordó el ERE en FGV y en Vaersa, que de los 44.000 desahucios habidos en la Comunitat sólo ha facilitado viviendas a 71 afectados. «Es un problema generado por el PP. Y se ponen al servicio de las inmobiliarias para vender pisos en Europa», criticó. Ponce, de Compromís, renegó del plan de residuos y se quejó de que no se recicla la basura.
Pero Bonig a quien tenía en frente era a
Francesc Signes. El diputado socialista le dijo que nombraba «la horca en casa del ahorcado» al hablar de políticos honrados, la llamó «morosa» y le dijo que «debía de ser desahuciada» de la consellería por no pagar los 250 millones en ayudas a la vivienda «mientras Fabra sigue presupuestando 125 millones para grandes eventos». Signes no se cree que el AVE llegue a Castellón en 2015, como dijo Bonig, y le hizo entrega de un sobre «no con salarios en ‘B’, sino con las reivindicaciones del PSPV en infraestructuras que no se atreve a hacer Fabra a Mariano Rajoy».
A Bonig no le faltaba ninguna puya para gustarse más. Acusó al PSPV de «preferir los catalanes a los valencianos», reconoció que los ERE fueron muy dolorosos y que soportó «insultos, merecidos porque eran de gente que perdía el trabajo. Y pedí perdón». Sacó a pasear al expresidente Rodríguez Zapatero y señaló al PSOE por «no pedir perdón al arruinar a España y crear seis millones de parados», por despilfarrar 492 millones en desalinizadoras «que aquí nadie quiere y han costado tres veces más que el aeropuerto de Castellón».
Afirmó que su padre y su abuelo eran militantes socialistas y acusó al PSPV de mentir al propagar que caducaban las
ayudas a la vivienda.
Y dijo que entendía el malestar de la calle «pero no a políticos que azuzan la situación con demagogia»
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