Los hogares españoles siguen soltando lastre. Pese a que la financiación bancaria empieza a correr por las venas del sistema y que en los últimos meses está creciendo fuertemente la concesión de préstamos, la realidad es que las amortizaciones aún superan a las nuevas contrataciones. Como consecuencia, las familias prosiguen reduciendo sus deudas. De forma especial, las vinculadas a la compra de una residencia.

Según los datos del Banco de España, a cierre de mayo la deuda viva de los hogares ligada al mercado inmobiliario vía hipotecas, créditos personales y líneas de crédito para la adquisición de una casa se situó en 552.604 millones de euros, lo que quiere decir que deben al ámbito financiero más de medio billón de euros.

La cantidad ha bajado más de ocho mil millones en lo que llevamos de año, ya que en el mes de diciembre aún estaba por sobre los 560.000 millones de euros. Concretamente, los datos del regulador del ámbito financiero dejan entrever una amortización de 8.192 millones en los primeros cinco meses del ejercicio, lo que supone en la práctica una reducción diaria de unos 54 millones de euros. En términos interanuales la caída se ubica en el tres con 7%, lo que se traduce en unos veintitrés millones de euros.

Si comparamos las cifras actuales con los máximos históricos, la caída es muy superior. Entre mayo y julio de 2010 el endeudamiento de los españoles llegó a superar los seiscientos ochenta millones de euros, lo que quiere decir que en solo 6 años el esfuerzo de desapalancamiento ronda los ciento treinta millones de euros.

La cantidad no es nada desdeñable si recordamos que ese dinero supone algo más del diez por cien del Producto Interior Bruto de España y que se acerca al valor de mercado conjunto de Inditex y Telefónica, 2 de los gigantes empresariales cotizados en bolsa.

Tras este descenso, la deuda ligada a la residencia de las familias se ubica en mínimos desde septiembre de 2006 (aquel fue el último mes en el que se quedó por debajo de 550.000 millones de euros), al tiempo que prosigue representando la mayoría del endeudamiento total de las familias: setenta y siete de cada cien que deben a los bancos están relacionados con su casa.

Menos hipotecas y amortizaciones veloces

Entre las razones que explican el rápido endeudamiento de los hogares se hallan, por un lado, que actualmente se están concediendo muchas menos hipotecas que en el pasado (del total de préstamos para adquirir una residencia, los hipotecarios suponen la enorme mayoría).

En el mes de abril, el último dato disponible del Instituto Nacional de Estadística, se concedieron algo más de veintitres y seiscientos préstamos hipotecarios, un veinticuatro con seis por cien más que un año ya antes mas muchos menos que en pleno boom. Hasta principios de dos mil nueve, de hecho, lo frecuente eran más de cincuenta hipotecas mensuales, aunque entre dos mil cinco y 2007 hubo varios meses en los que se firmaron más de cien.000 préstamos para la adquisición de viviendas.

A esto se suma que muchas de las hipotecas que se prestaron en la época del boom empiezan a amortizarse más rápidamente, debido a la fórmula de amortización (conocido como préstamo francés). Dicha fórmula consiste en abonar muchos intereses en los primeros años de vida del préstamo para ir reduciéndolos poco a poco. De este modo, y mientras al comienzo apenas se amortiza capital, en los años posteriores la amortización se acelera y la deuda baja con claridad.