«Los españoles son los europeos que más viviendas vacacionales tienen» según una encuesta llevada a cabo por el Banco Central Europeo (BCE). Se trata de uno de los objetivos más conocidos entre las familias españolas y es que le verano puede ser el mejor momento para elegir esa casa de los sueños con la que todos contamos.

Recuerda que no es oro todo lo que reluce y por lo tanto, cuando se realiza una compra hay que tener en cuenta una serie de gastos fijos y gastos variables.

Ya sea una casa en la playa o en la montaña, la compra de una segunda residencia en España supone un gasto importante de capital económico o bien, recurrir a un préstamo hipotecario. Si analizamos este último, el importe que suelen financiar las entidades suele ser de un 60% del valor de la tasación aunque sí es cierto que, en la actualidad una casa en la playa cuenta con precios de hasta un 50% de descuento sobre los precios máximos que se alcanzaron en los años de auge.

Esto lo que nos indica es que para esta compra y mantenimiento de la segunda residencia hay que partir de una situación económica estable y desahogada debido a que a la compra van ligados una serie de gastos fijos que hay que tener muy en cuenta. A cambio, es un buen momento para hacerlo debido al bajo ciclo inmobiliario en el que nos encontramos, puede ofrecer grandes plusvalías en un futuro no muy lejano o, incluso sacarle cierta rentabilidad por su alquiler durante los meses que no se utilice la vivienda. Se trata de una de las mejores opciones que las personas utilizan pensando en su futura jubilación.

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