Cada vez hay más dispositivos conectados a la red de redes, y no solo los móviles, sino más bien toda clase de aparatos que persiguen hacernos la vida más fácil. Al internet de las cosas le cuesta despegar, pero una de las áreas donde ya está comenzando a despuntar es el hogar. En verdad, puede que en breve todos nos compremos una nevera inteligente que nos avise cuando tengamos que comprar leche.

Aparte de que nuestro día a día sea más sencillo, los dispositivos conectados pueden conseguir que ahorremos dinero e inclusive que nuestros hogares sean más respetuosos con el medioambiente al reducir nuestro consumo de electricidad.

Ya hay termostatos que son capaces de saber si hay alguien en casa, si es de día o de noche o bien si el residente se ha ido a dormir para ajustar la temperatura. Gracias a ello, dejan ahorrar calefacción y aire acondicionado. Asimismo podemos localizar enchufes o sistemas de control de energía que monitorizan todos y cada uno de los aparatos de la casa, de forma que el usuario puede controlar las luces, la calefacción y los electrodomésticos desde su móvil.

La única queja de estos aparatos es su elevado precio: un termostato puede servir 100 euros, a los que hay que sumar otro centenar que nos costará la instalación; los enchufes inteligentes fluctúan entre los 44 y 70€ cada uno de ellos y el sistema de monitorización de energía puede salir durante más de doscientos cincuenta euros. Si bien a la larga los fabricantes aseguran que se ahorra dinero, el desembolso inicial puede espantar a los consumidores.

Este problema podría solucionarse dentro de poco gracias al invento de un conjunto de investigadores del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Estos ingenieros han desarrollado un único sistema para ahorrar energía: es capaz de averiguar, con gran precisión, cuánta electricidad están consumiendo nuestros electrodomésticos, las bombillas, la televisión y cualquier dispositivo de nuestra casa o bien oficina.

Conforme el MIT, el sistema, compuesto por sensores y un ‘software’, tiene la capacidad de recoger y mostrar el gasto energético de las lámparas y los dispositivos del hogar. Además de su bajo coste, que los investigadores aseguran que fluctuará entre los veinticinco y 30 dólares americanos (entre unos veintidos y veintisiete euros) en el momento en que salga al mercado, su primordial ventaja es su simple instalación. Una vez colocados los pequeños sensores, el sistema se regula solo, con lo que no es preciso ser un experto para utilizarlo. «Tratamos de reducir las barreras de la instalación«, cuenta uno de los estudiosos, John Donnal.

Aunque el empleo del producto sea fácil, desarrollarlo ha supuesto una década entera de investigación. “Durante bastante tiempo, la premisa fue que si podíamos lograr un mejor acceso a la información [sobre el empleo de energía], seríamos capaces de provocar un ahorro significativo”, cuenta Steven Leeb, maestro del MIT y uno de los autores de la investigación.

Una casa más segura

A lo largo de las pruebas que estos investigadores hicieron con los sensores, no solo demostraron el potencial del sistema para ahorrar energía. También descubrieron que aun puede acrecentar la seguridad de las residencias. En uno de los hogares donde efectuaron las pruebas, descubrieron que un problema provocaba que algunos cables de cobre llevaran una tensión potencialmente peligrosa. La medición incesante del sistema eléctrico de un edificio merced a este sistema permitirá de esta manera descubrir al instante los posibles fallos de una instalación.

El equipo de estudiosos del MIT ha diseñado una interfaz que permite a los usuarios ver la actividad de un electrodoméstico en un periodo de tiempo específico. De esta manera, se puede saber cuánto ha estado encendida la calefacción o lo que consume una nevera según la temperatura a la que enfríe con una simple ‘app’.

Como sabemos, uno de los recelos de las personas en el momento de instalar esta clase de aparatos es saber qué ocurre con toda la información recogida. Los estudiosos del MIT asimismo han tenido en cuenta la privacidad en este sistema de ahorro energético y afirman que los datos recogidos se van a quedar entre las cuatro paredes de la casa.

Aún no sabemos en qué momento va a salir a la venta el sistema, así que va a haber que estar atentos para ver si cumple unas esperanzas tan altas. Si bien a primera vista el ahorro de día tras día pueda parecer pequeño, con el tiempo se va a ir reduciendo la factura de la luz y nuestros hogares van a ser más respetuosos con el medioambiente. De este modo, quizá, vamos a poder compensar en un futuro el efecto de los contadores inteligentes que llenen nuestro recibo.